El director Julian Temple estrena estrenó el viernes 16 en salas españolas el documental ‘Crock of gold’, la historia del líder de la banda The Pogues, Shane McGowan, plagada de drogas, alcohol y, sobre todo, mucho punk.
Temple ha defendido en una entrevista con Europa Press la importancia de contar con figuras irreverentes como McGowan en la actualidad, especialmente por la actual situación con la pandemia. «En Inglaterra están usando la pandemia para aprobar leyes muy represivas y opresoras contra las protestas o la juventud: está prohibido viajar o reunirse…», ha lamentado.
Para Temple, se necesitan «voces del punk como las de McGowan para «aprender que un cambio es necesario a veces. «Hace 40 años que deseo que regrese el punk y no llega nunca: a este paso, dentro de 25 años seremos mitad teléfono y mitad ser humano y nadie se va a sorprender», ha criticado.
En ‘Crock of gold’ se hace un repaso de la vida de McGowan desde su difícil infanica en Irlanda hasta sus últimos días, ya con una parálisis casi total en su cuerpo debido al abuso de drogas y alcohol, pasando por sus momentos de gloria –especialmente en los años 80– con una banda que supo combinar la tradición con la ruptura del punk en su música.
Su ascendencia irlandesa fue algo que marcó a este cantante y compositor, que todavía sigue siendo un ídolo en su tierra natal –en el film así queda recogido, con las imágenes de un homenaje en el que, entre otros, participaron Bono de U2–. «Su importancia allí es inmensa. Por ejemplo, en un especial sobre él en la televisión la Navidad pasada alcanzó un 54% de audiencia», ha explicado el director.
Precisamente, el documental también aborda el apoyo que la familia de McGowan –y él, de manera tangencial– prestaron al IRA. «Lo cierto es que McGowan se opuso siempre a la violencia, de uno y otro lado», ha destacado Temple, quien ha comentado con humor la dificultad de grabar tantas horas junto al creador de ‘Dirty old town’.
«Lo primero que me dijo es que no iba a conceder ‘ni una jodida entrevista’ por este documental. Acepté, claro», ha señalado entre risas. ‘Crock of gold’ alterna imágenes actuales o de archivo con dibujos animados en las situaciones en que el material audiovisual no alcanza.
Especialmente, estas imágenes animadas aparecen en la parte de su infancia que tanto marcó a McGowan, cuando tuvieran que salir de Irlanda a Inglaterra. «En aquella época se hacían bromas sobre ser irlandés y la cosa iba más allá: había establecimientos con carteles en los que se decía ‘no perros, no negros, no irlandeses'», ha comentado Temple.
Este trabajo, que ha pasado por el Festival de San Sebastián y cuenta con la producción de Johnny Depp, es en cierta manera también un análisis de la relación entre creatividad y drogas, aunque el director haya remarcado que no es su intención «hacer un juicio» sobre el líder de The Pogues.
«Las drogas y el alcohol a lo mejor hacen que se dispare la creatividad, pero es evidente que son malos para la salud. Hay personas bajo los efectos de drogas y alcohol que son mucho más creativas, pero yo solo quería mostrar la relación que McGowan tuvo con ellos toda su vida», ha apuntado.
Temple cree que los grandes años de Shane McGowan fueron en los años 80, pero «su creatividad no paró» y ha seguido escribiendo hasta el final algunos temas reseñables. En el documental no aparece ninguno de los compañeros de la banda irlandesa. «Les preguntamos si querían estar, pero declinaron. Mejor, porque eso nos permitió hacer una exploración más cercana a McGowan», ha concluido.